Notable por haber servido en las tres ramas del Gobierno filipino: judicial, ejecutivo y legislativo.
En 1977, la revista The Australian la nombró una de las cien mujeres más poderosas a nivel mundial.
Devino en primera jurista filipina y asiática de un país en desarrollo que haya obtenido este nombramiento.
[3][4] Sin embargo, por enfermedad, hubo de renunciar al puesto.
[5][6][7][5] En las elecciones presidenciales de 1992 fue candidata, pero, por presunto fraude, perdió.