Esta vez hubo otro niño de Amdo quién también decía ser el Karmapa.
Fue la primera vez que se utilizó una prueba para verificar la auténtica reencarnación.
Luego este se volvió el método estándar para el reconocimiento de los grandes lamas.
Mikyö Dorje dejó muchas escrituras budistas y el guru-yoga.
Fue también un hábil pintor y un artesano del metal.