En ‘Animal´, su primer single, el ritmo comienza fuera de compás con una voz trabajada y entrecortada que te atrapa.
La progresión del disco es un claro reflejo de sus influencias, se puede sentir la música electrónica europea mezclada con voces emotivas y detalladas que evocan los nuevos sonidos de Brooklyn.
Así llegamos a la desgarradora estrofa de ‘Burial’: “No I, I don’t want to get thrown in your ocean.
At your own burial, don’t forget to cry.” Su carácter nórdico se ve reflejado en la carátula del álbum en donde exponen un bloque de hielo que encierra a su extraño animal: un jackalope,[1] un animal ficticio que guarda mucho más algún simbolismo significativo.
Resulta extraño, y a la vez afable, imaginarse que estos tipos solían escribir canciones para Britney y Kylie, las reinas del pop.