En la isla logró una fortuna gracias a la floreciente industria petrolífera y al comercio marítimo.
Juan Torres Casals, la segunda generación, empezó a destilar vinos para elaborar brandy en 1928.
Durante la guerra civil española, la bodega fue bombardeada y sus instalaciones fueron destruidas, incluida la enorme cuba.
[3] Miguel Torres Carbó, perteneciente a la tercera generación de la saga familiar, reconstruyó en 1940 la bodega, reiniciando su actividad.
El apellido Torres está ligado al vino desde hace más de tres siglos, cuando la familia plantó las primeras viñas en el Penedès.