En 1952 contrae matrimonio e ingresa como profesor interino en el Instituto de Huércal Overa (Almería).
Todos estos años fueron de trabajo y estudio, dejando la pintura un poco al margen.
Cantón Checa era un indaliano más, quizás con mayor lastre que sus compañeros debido a la influencia de Gómez Abad.
Fruto de esta simbiosis, los críticos vieron un paisaje inédito para ellos, apreciándose los principios estéticos y teóricos del Movimiento Indaliano.
Así, la Chanca transforma su pobreza en belleza cubista y la desolación de sus polvorientas veredas, en luminosidad mediterránea.
Las gentes, sólo forman parte del paisaje, integrándose en las rocas que enmarcan los huecos de las entradas a las casas-cuevas.
Las casas forman cubos o prismas, de colores brillantes, reflejando las reverberaciones del sol.
Pero en este paisaje no aprecia sólo la vegetación, ya que en él representa a veces figuras que, aunque estén en segundo plano, las crea con gran detallismo y realidad, plasmando el ambiente típico de ese lugar.
También trata el desnudo en su obra, destacando la línea y mostrando una sensualidad fotográfica más que onírica.
Obras más significativas: Autorretrato (1949), La Paulica (1967), Barranco de Chopí (1969), Desnudo (1973), Viejos jugando a las cartas (1975), La Chanca (1985).