Migración de las 400 familias

Muchos pequeños grupos de los pueblos del sur (cholultecas, aztecas o mexicas, tarascos, huejotzingas y otomíes) habían ido al norte, básicamente atraídos por mejores pagas y otras oportunidades en las tierras limítrofes, donde la mano de obra siempre era insuficiente.

Algunos de los indios que se dirigieron al norte planeaban dedicarse a la minería.

Esta propuesta tenía como objetivos aumentar la resistencia a los ataques chichimecas y obtener mano de obra para las minas.

Mendieta dio su opinión al virrey, pero una segunda temporada de secas en plena paz chichimeca debilitó sus argumentos.

Para entonces los tlaxcaltecas, con experiencia y ayuda de los franciscanos conocían bien los medios y los caminos para obtener mediante negociaciones privilegios para sí mismos; muestra de ello es la carta que les otorgó el virrey Velasco como condición para su migración en masa.

Un elemento importante de esta emigración, implícito pero no declarado en el acuerdo formal, fue la protectoría.

Todas las nuevas colonias tlaxcaltecas quedaron bajo el amparo de los capitanes así como los recién pacificados y ubicados chichimecas.

El virrey decidió apelar a los indios amigos de Tlaxcala para usarlos como intermediarios para lograr la paz.

Para el 6 de julio, la caravana tlaxcalteca había llegado al río San Juan, a mitad del camino entre Jilotepec y el centro otomí de Querétaro; mientras acampaban allí, se levantó un censo oficial.

Desde luego, el general Rodrigo del Río tenía más alto grado que Caldera, y presidió esta distribución.

Ese día se celebró el encuentro de guachichiles y tlaxcaltecas con las ceremonias correspondientes.

Mientras los tlaxcaltecas estaban dispersándose rumbo a sus nuevos hogares en la frontera, fueron incorporados al proceso de proveeduría del rey.

Y aun después del tiempo estipulado en su carta de privilegios, recibieron ayuda real siempre que tuvieron dificultades.

Este programa fue tan eficaz que los seis asentamientos tlaxcaltecas originales pronto estuvieron mandando colonos a otras partes de la frontera, hasta el Río Grande y después dentro de Nuevo México y Texas, con el mismo propósito.