Gracias a sus cualidades, obtuvo una beca para estudiar y competir en la Universidad de California del Sur, donde se graduaría como geólogo en 1955.
Sin embargo su carrera atlética se vio alterada por una serie de lesiones que le impidieron explotar todo su potencial e incluso le hicieron abandonar el deporte durante un tiempo.
Esto fue hasta que adoptó un nuevo sistema de entrenamiento, y ya con 30 años cumplidos, regresó en 1963 con la mirada puesta en los Juegos Olímpicos de Tokio 1964.
El cuarteto lo formaban por este orden Ollan Cassell, Mike Larrabee, Ulis Williams y Henry Carr.
Además se mantuvo en buena forma física ya que era muy aficionado a practicar todo tipo de deportes, como el esquí, la escalada o el tenis.