El término fue acuñado por Richard Levins en 1969 para describir un modelo de dinámica de poblaciones de insectos que suponen plagas para la agricultura, pero la idea se ha difundido y se aplica más ampliamente a especies presentes en hábitats fragmentados natural o artificialmente.[1] Generalmente se considera que una metapoblación está compuesta de varias poblaciones diferentes junto con zonas de hábitat adecuado que no están ocupadas en el presente.Aunque las poblaciones individuales tengan un período de vida limitado, la metapoblación en su totalidad es más estable porque inmigrantes de una población que prospera pueden recolonizar a otra población que está declinando u ocupar hábitats dejados vacíos por poblaciones que se extinguieron.Al principio la teoría de metapoblaciones se aplicaba sólo a ecosistemas terrestres; después se extendió a ecosistemas marinos.[2] En este caso, a veces se usa el término "sub-poblaciones" en vez de poblaciones locales.