[4] Escribió obras de teatro infantil, trabajos literarios y escénicos inspirados en la literatura universal.
Su propósito era convertirla en el Conservatorio Nacional de Música; logró mantenerla activa durante diez años.
Laboró como maestra artística en las Escuelas Porfirio Brenes y Marcelino García Flamenco; esta última bautizó el salón de actos con su nombre.
[4] Fue requerida por el presidente Ramón Villeda Morales para dirigir el Teatro Nacional Manuel Bonilla, cargo que desempeñó con éxito desde 1959 hasta 1975.
Posteriormente, este se convirtió en la Escuela Nacional de Danza que lleva su nombre en su honor.