En la actualidad esta ubicación corresponde a un espacio comprendido entre la carretera de Andalucía hasta la calle del Foso.
Sin embargo, todos ellos fueron fallidos ya fuese por las adversidades que se acontecían en la época, por las epidemias, conflictos o la insuficiencia económica para abordar la reforma.
Su construcción se llevó a cabo gracias al esfuerzo económico que asumieron los vecinos de Aranjuez para poder tener un mercado cubierto.
Es el primer mercado público que posee la ciudad madrileña y el edificio más importante construido por una Corporación Municipal.
En 1997 el consistorio cede la explotación del mercado a una empresa privada que finalmente acristala y acondiciona todo el recinto.
Antes del siglo XIX había un mercado de cajones al aire libre, ubicado en la misma plaza.