En la parte central, se interrumpe con un gran hueco emplazado entre dos bloques de granito que aluden a la tragedia del Holocausto.
El monumento está integrado al paisaje, pasando prácticamente desapercibido desde la calle, pero con una presencia más imponente si se lo observa desde la costa.
[2] Esta obra fue declarada Monumento Histórico Nacional por el Ministerio de Educación y Cultura.
Además, fue seleccionada para representar a Uruguay en la Bienal Mundial de Arquitectura 1995.
En 1998 fue seleccionada entre las mejores obras latinoamericanas, por la Fundación Mies Van der Rohe de Barcelona.