Realizó el llamado Salón de Gasparini en el Palacio Real de Madrid, que está considerado uno de los más hermosos salones del mismo y ha llegado hasta nuestros días prácticamente sin ningún retoque.
[1] Por diferentes motivos se tardaron alrededor de cuarenta años en la conclusión del programa decorativo.
[2] Gasparini diseñó los muebles de este salón, así como el complicado motivo multicolor del suelo de mármol, los estucos del techo, e incluso el entelado de las paredes y las tapicerías de los sillones.
[3] Su decoración, realizada por Matías Gasparini, presenta grandes originalidades del tipo chinoiserie en estilo rococó.
[4] Cabe destacar el reloj situado sobre la chimenea, obra de Pierre Jacquet Droz, con autómatas vestidos a la moda del siglo XVIII que bailan cuando, al dar las horas, un pastor sentado toca la flauta.