Al cumplir dieciocho años, se unió a la Orden del Oratorio para luego ser enviado como profesor a los colegios de la orden en Pèzenas, Marsella, Montbrison y en 1689 llegó al Seminario de Vienne, donde enseñó filosofía y teología durante seis años.
Ambas oraciones fúnebres lo lanzaron a la fama.
En la ocasión, sobre la tumba del monarca expresó una de sus citas más célebres: «Mis hermanos, sólo Dios es Grande».
[cita requerida] Sus sermones más recordados, bajo el título de Le Petit Carême (La pequeña Cuaresma), fueron predicados ante el joven rey Luis XV en 1718.
Luego vino su consagración, en 1719, cuando finalmente se convirtió en obispo de Clermont.