Aunque Tarkovski no se opuso abiertamente al régimen soviético, su trabajo enfatizaba los temas espirituales, lo que entraba en conflicto con la ideología oficial soviética, antirreligiosa y atea, lo que llevó a la KGB a abrir un expediente sobre él.
Los diarios son profundamente personales y fueron escritos principalmente para el propio Tarkovski.
Otro tema frecuente son otros directores o artistas, que Tarkovski generalmente recuerda con actitud negativa.
Sus últimas palabras fueron "pero ahora no me quedan fuerzas - ese es el problema".
La primera edición en español fue publicada en 2011, traducida por Iván García Sala en la editorial Sígueme de Salamanca[4].