Martín Álvarez Galán
Si bien parecía que el destino del joven Martín era quedar en tierras extremeñas, desde pronto comenzó a mostrar interés por la milicia, probablemente por influencia de su abuelo materno, que había servido como sargento del bando borbónico durante la Guerra de Sucesión.Su buena actitud y condiciones físicas le valieron para incorporarse a la unidad de élite de dicho cuerpo: los granaderos, a los que se reservaba la primera línea en los combates navales, en los que les correspondía el lanzamiento de granadas al enemigo (lo que requería cierta corpulencia y arrojo).Martín Álvarez que formaba parte de la tripulación del barco «San Nicolás de Bari», se distinguió por su valor durante el combate, lo que fue reconocido por el propio ejército inglés.Por los méritos contraídos en el abordaje por los ingleses del barco que tripulaba fue ascendido a cabo, con una pensión vitalicia de cuatro escudos mensuales, aunque previamente tuvo que aprender a leer y escribir.En Gibraltar quedaría un cañón con la placa: «Hurra por el Captain, hurra por el San Nicolás, hurra por Martín Álvarez» y en el Museo Naval de Londres se conserva el sable con el que peleó en la citada batalla.