Se mudó a Miami cuando era joven para trabajar para The Miami Herald, Douglas se convirtió en una escritora independiente, produciendo más de un centenar de cuentos cortos que fueron publicados en revistas populares.
Su carrera periodística, historias y libros le dieron influencia en Miami, la cual usó para promover sus causas.
A su muerte, un obituario en The Independent en Londres decía: "en la historia del movimiento ambientalista estadounidense, ha habido pocas figuras tan notables como Marjory Stoneman Douglas.
[4] Visitó Florida cuando tenía cuatro años, y su recuerdo más vívido del viaje fue estar recogiendo una naranja de un árbol en el Hotel Tampa Bay,[5] a partir de ahí ella y sus padres se embarcaron en un crucero que recorrería Tampa hasta La Habana.
[7] Su madre, a quien Marjory caracterizaba como "tensa", se encontró en la necesidad de estar en un sanatorio mental en Providence varias veces.
Durante su último año de universidad mientras visitaba su casa, su madre le mostró un bulto en el pecho.
Stoneman se opuso apasionadamente al gobernador de Florida, Napoleon Bonaparte Broward y a sus intentos para drenar los pantanos.
Ella promovió la planificación urbana responsable cuando Miami vio un aumento demográfico de 100.000 personas en una década.
Su éxito hizo que en la demanda por su presencia en los clubs de jardinería se incrementara, fue ahí donde dio sus discursos en toda la zona, para servir a la Junta para apoyar el Fairchild Garden o Jardín Botánico Tropical de Fairchild.
Ella nombró al jardín como "uno de los mayores logros para el área entera".
Su autobiografía se tituló Marjory Stoneman Douglas: La Voz del Río y fue escrita en conjunto con John Rothchild en 1987.
Ella había estado trabajando en un libro sobre W. H. Hudson durante años, viajando a Argentina e Inglaterra en varias ocasiones.
Douglas pasaba tiempo con el geólogo Garald Parker, quien descubrió que toda el agua dulce del sur de la Florida provenía del Manto Freático Biscayne, y que se reabastecía gracias a los pantanos.
[38] Ella delineó su inminente desaparición en el último capítulo titulado "La Undécima Hora": Los incendios de pasto por ganaderos rugieron incontrolablemente.
La obra es comparada con el trabajo de 1962 de Rachel Carson sobre los efectos nocivos del DDT, Primavera Silenciosa, ya que ambos libros son "innovadoras llamadas a la acción para que los políticos y ciudadanos tomaran conciencia".
David McCally escribió que a pesar del "reconocimiento de Douglas sobre la complejidad del sistema ambiental" ella describió, una preocupación sobre los Everglades por personas que no han leído el libro eclipsa sus explicaciones detalladas.
[44] El sufragio femenino fue un interés temprano para Douglas, y aunque ella tendía a rehuir la polémica en sus primeros trabajos en The Miami Herald, en su tercer día como columnista de sociedad, ella eligió el sufragio y comenzó a centrarse en escribir sobre las mujeres en posiciones de liderazgo.
Más tarde escribió sobre su experiencia: "las cuatro hablábamos a una comisión conjunta con nuestros mejores sombreros.
[47] En 1948, Douglas trabajó en el Comité para la Limpieza del Barrio Bajo Coconut Grove, con una amiga suya llamada Elizabeth Virrick, quien se horrorizó al saber que no hay agua corriente ni cloacas que estuvieran conectadas a la parte racialmente separada de Coconut Grove.
Ayudaron a aprobar una ley para que todas las viviendas en Miami pudieran tener lavabos y bañeras.
Cuando se propuso el proyecto "Central & South Florida" (C & SF), dirigida por exmiembros del Cuerpo de Ingenieros, para ayudar a los Everglades, Douglas inicialmente dio su aprobación ya que prometieron entregar el agua necesaria a los Everglades.
comentó Douglas, luego sugirió la motivación detrás de toda la excavación y desvío diciendo: "sus madres obviamente nunca los dejaron juegar en el barro con los pies descalzos, así que ahora lo reflejan hacia nosotros jugando con cemento".
Cuando hablaba, todos dejaban de cazar mosquitos en la habitación y se ponían más en orden.
[57] Más tarde, escribió, "son todas buenas almas — simplemente no deberían estar allí.
Ella le escribió al gobernador Bob Graham en 1985 para animarlo a evaluar las condiciones de los trabajadores migrantes.
[22] Douglas había ligado su agnosticismo al hecho de que sus oraciones no fueron contestadas cuando su madre estaba muriendo.
[64] Douglas era conocida por trastabillar a los reporteros que no habían leído sus libros y hacían preguntas desinformadas.
[68] Douglas comenzó a ganar honores desde sus primeros días como escritora para The Miami Herald.
[78] La Federación Nacional de Vida Silvestre la describió como "una voz incansable, elocuente y apasionada por el medio ambiente".
Un guardabosques fue colocado como residente en la casa de Douglas para ayudar a mantener la estructura y la propiedad.