En el marco de la mitología hinduista, Maricha fue un ráksasa que desempeñó un papel pequeño pero importante en el texto épico Ramaiana (hacia el siglo III a. C.) Maricha fue arrojado a una isla remota por un flechazo del joven rey-dios Rama cuando trató de interrumpir un iagñá (sacrificio de fuego) del sabio Visuá Mitra.
Aunque Rama entendió que un ciervo de oro no era natural, y por lo tanto era potencialmente peligroso, Sita insistió en tenerlo, presa del engaño.
Durante la persecución del ciervo, Rama llegó a la conclusión de que el comportamiento era innatural, y seguramente malvado.
Sita, desesperada, acusó a Lakshmana de desear que su hermano Rama muriera, para quedarse con ella.
De esa manera, Sita quedó sola y Ravana pudo secuestrarla.