Marguerite pertenecía a una familia noble de Burdeos.
Contrajo matrimonio, previamente concertado, con Alexander de Poulaillon, varios años mayor que ella, con quien no fue feliz.
Su sentencia fue entonces conmutada por una condena de prisión, siendo encerrada en un asilo para prostitutas en Angers.
En 1697, Marguerite pidió ser transferida a un convento, si bien su solicitud fue rechazada por de la Reynie, permaneciendo encerrada en el asilo hasta su muerte.
El caso sentó precedente, afectando a los veredictos de otros acusados en función de su rango social, puesto que Françoise de Dreux y Marguerite Leferon, ambas personas influyentes, la primera acusada de varios asesinatos y la segunda de matar a su esposo, fueron desterradas de París, mientras que la esposa del músico Philippe Rebille Philbert, quien había envenenado a su primer marido para poder casarse con él, fue ejecutada en la horca tras haberle sido amputada la mano derecha.