Dorotea y Margarita Joanes

[1]​ Durante los siglos XVI y XVII, los pintores realizaban sus obras en grandes talleres gremiales en los cuales los oficiales y aprendices hacían su trabajo bajo la supervisión del maestro pintor que era quién, en realidad, dirigía e imprimía un sello característico a las obras.

Durante varias generaciones los integrantes de la familia ejecutaron trabajos en el taller gremial que llevaba su nombre, hecho que los permitió realizar una gran cantidad de obras encargadas por particulares o comunidades religiosas.

[1]​ En este contexto social se sitúa la más que posible participación de sus hijas, Margarita y Dorotea en el taller familiar, junto con su hermano Vicente Macip Comes, que heredaría el taller, el nombre y el prestigio de su padre, uno de los más famosos pintores del renacimiento valenciano.

Alguna de ellas, posiblemente Margarita, estuvo especialmente dotada para el arte pictórico.

El hecho que no pudieron firmar sus obras privó a las pintoras de tener un nombre propio en el desempeño de su oficio y del reconocimiento que habrían merecido sus obras en la Historia del Arte.

Dorotea y Margarita Joanes en las Fallas de Valencia, 2021.