En su época, sus obras fueron conocidas por toda Europa, siendo uno de los más famosos compositores portugueses de todos los tiempos.
Estudió en el Seminario Patriarcal de Lisboa con João de Sousa Carvalho, y en 1792 marchó a Nápoles a completar sus estudios; vivió en Italia hasta 1800.
De regreso en Portugal, debió exiliarse en Brasil en 1811 por causa de las Guerras Napoleónicas.
Allí fue Maestro de la Capilla Real y director del teatro São João.
Compuso música religiosa y, especialmente, óperas como La confusione della somiglianza, La morte de Semiramide (1801), Lo spazzacamino principe (1794) y otras.