Tras abandonar Rusia en 1917, Kuznetsova continuó actuando durante 30 años más en el extranjero, antes de retirarse.
[5] Emilia se casó con un oficial de la Guardia Imperial, Iliá Méchnikov, y tuvo dos hijos; el microbiólogo, ganador del Premio Nobel, Iliá Méchnikov y el sociólogo Lev Métxnikov.
Kuznetsova estudió inicialmente ballet en San Petersburgo, pero abandonó estos estudiosy los cambió por la música con el barítono Joachim Tartàkov.
Antes de que se llegara al pánico pánico, Kuznetsova interrumpió la representación y rápidamente calmó la multitud liderando a todos en una interpretación sorprendente del himno nacional ruso Dios salve al Zar.
[9] Durante doce años se quedó en el Mariinski como solista, hasta la Revolución de 1917.
Se da la circunstancia de que llegó a Nueva York para su primera gira por EE.
UU. en el mismo barco -el Montevideo - en el que viajaban el compositor leridano Enrique Granados y su esposa, Amparo Gal, los cuales iban a la ciudad estadounidense al estreno de la ópera Goyescas de Granados.
Además, a Strauss no le gustaba trabajar con músicos franceses, por lo que se peleaba continuamente con la orquesta.
Además de este debut como bailarina, Kuznetsova actuó como cantante en varias óperas aquella temporada.
Su primera actuación en el exilio tuvo lugar en la Ópera de Estocolmo en 1918, junto con G. Pozemkovsky.
En 1919 fue contratada por el teatro Gaiété-Lyrique (de París), cantando junto con Lucien Fugère, María Barrientos, Lídia Lipkóvskaia, Georgette Leblanc, André Gilly, y Vanni Marcoux.
[22] En 1920 Kuznetsova participó en un gran un concierto benéfico en el Ópera de París junto con Vera Karalli y otros cantantes, un concierto que tenía como objetivo la recaudación de fondos para ayudar a los emigrantes rusos sin recursos.