María Bertila Boscardin

[1]​ El párroco intentó meterla en un convento, pero su origen humilde le impedía pagar la dote exigida por las religiosas.Como no había terminado la escuela, la novicia fue destinada a la cocina, en la panadería y en la lavandería.María Bertila contrajo una enfermedad que la atormentó durante los últimos doce años de su vida.A pesar de la enfermedad y de la guerra que se desencadenó hacia 1915 en Treviso, Bertila siguió atendiendo a los enfermos.Un año después de la misma, se colocó en el Hospital de Treviso una placa con la siguiente inscripción: «A la hermana Bertila Boscardin, alma escogida y de bondad heroica, quien durante varios años alivió como un ángel el sufrimiento humano en este hospital».