Manuela de Salazar y Sánchez de Samaniego

Como ilustrado se distinguió en la ciudad participando activamente en la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País, apoyando multitud de proyectos ilustrados, entre ellos la Escuela de Dibujo.

Tuvieron una sola hija, Teotiste María Luisa de Urbina, nacida al año siguiente de su boda.

La bella marquesa seguía, como dama noble que era la moda francesa, a pesar de estar embarazada: “vestida con camisa, ceñida bajo el pecho, sin ajustador; en el primer tiempo de su embarazo; con el pelo en la frente; ojos grandes y vivos, aire amable”.

Ya viuda Manuela de Salazar, cada atardecer tenía lugar una tertulia[2]​ en el palacio.

Los señores se reunían en la biblioteca, mientras que las damas, entre ellas la marquesa viuda, Manuela de Salazar, su íntima amiga Juana García Escudero (que vivía en su compañía en el propio palacio) y María Águeda Valencegui y Araoz, lo hacían en la sala contigua, dedicándose a jugar al “tresillo” o a charlar de sus cosas.