Las tablas fueron descubiertas a finales del siglo XIX en un manuscrito en latín de la Biblioteca Nacional de Francia y en hebreo de la Biblioteca Apostólica Vaticana.
Moritz Steinschneider comparó los dos textos y desmintió a Manuel Rico Sinobas, que los consideraba un epígrafe de las Tablas alfonsíes, añadiendo que ambos manuscritos decían que se habían hecho en Barcelona por orden del rey Pedro.
Se encontraron otros manuscritos en hebreo conservados en Suiza y en la Ciudad del Vaticano, además del documento en hebreo de Barcelona cedido por un rabino de la ciudad antes de la Guerra Civil Española.
Josep Maria Millàs Vallicrosa concluyó el debate al encontrar el manuscrito catalán en la biblioteca de Ripoll, y entre todos los documentos se logró reconstruir las tablas originales.
[2] Doctor en Medicina y en ciencias físicas, se dedicó preferentemente a esta última especialidad y fue durante muchos años catedrático de física superior de la Universidad Central de Madrid.