Más tarde alcanzaría una cátedra en Valencia dónde fue canónigo y profesor y rector del seminario.
Fue considerado en su época uno de los mejores hebraístas.
En 1879 fue trasladado al obispado de Málaga y finalmente fue nombrado arzobispo de Burgos en 1886.
Durante su estancia en Málaga volvieron los Jesuitas en 1881.
En 1891 fue nombrado senador por derecho propio, título que ostentaría hasta su muerte en 1893.