Jugó en 1945 en Hogar-Kostka, donde realizó excelentes campañas, ganando en dos ocasiones el Torneo Barrios, siendo el máximo goleador y mejor jugador, con compañeros como Marquitos o Goyo Zamoruca y luego pasó a formar parte del Rayo Cantabria.
De ahí pasó al Racing de Santander, pero las lesiones le impidieron triunfar y tuvo que emigrar a Sevilla, donde jugó en el Real Betis y posteriormente con el Eibar.
"Moruca" empezó a enseñar las lecciones que había aprendido de sus entrenadores Samuel Lamarca y Germán Gómez.
Su primer banquillo fue en 1957 con el del Rayo Cantabria, el Rayo de la Tasa, que arrasaría con goleadas a sus rivales, con jugadores como Zaballa, Yosu, Laureano, Larrinoa, Saro, Gómez o Chisco, entre otros.
Ascendió al equipo verdiblanco de Tercera División a Segunda y tras eso decidió probar fortuna en otros equipos españoles como Osasuna, Barakaldo CF y Elche CF.