Maniobra de Valsalva

Para contrarrestarlo debe taparse la nariz e inhalar aire, despacio y tranquilamente.

El aumento de la fuerza torácicoabdominal también se da al toser, comer, tragar, estornudar o defecar.

Se emplea para examinar pacientes con sospechas de que tengan hernias inguinales y/o lumbares.

Esta maniobra también al aumentar la presión intratorácica disminuye el retorno venoso por lo que todos los soplos se reducen en intensidad excepto dos: la miocardiopatía hipertrófica y el prolapso mitral que se intensifican.

También resulta muy útil para detener las taquicardias paroxísticas supraventriculares, junto con otras maniobras vagales como provocar vómito, masaje carotídeo, reflejo de buceo, etc. [1]​