Tenía robustos colmillos curvados, comunes a los mamuts.
[2] Plantas y fósiles hallados con sus restos muestran que M. meridionalis vivía en una época de clima templado, generalmente tan cálido o levemente más cálido que el que Europa experimenta actualmente.
Bosques mixtos de especies caducas le daban su hábitat y comida, la cual abarcaba ramas de árboles como el roble, fresno, haya y otros árboles típicos de Europa, así como algunos que son ahora exóticos en la región, como la cicuta, el nogal alado y las pacanas.
Un esqueleto completo se encuentra en el Museo Estatal de Stávropol.
Más hacia el Este, los descubrimientos en Ubeidiyah (Israel) y Dmanisi (Georgia) muestran que este mamut primitivo vivía en un ambiente particularmente abierto con áreas de pastizales, aunque subsistía con árboles dispersos y arbustos.