[2] Al mismo tiempo que Alejandría se extendía por Palestina, Fenicia, Capadocia y el Ponto, comenzaba Antioquía a manifestarse como un original foco de cultura cristiana.
Llegado ya casi el final del siglo III, aparecen grandes personalidades relevantes, entre las que destaca Malquión.
Goza de gran predicamento por su extensa erudición,[3] muy estimado por la rectitud de su fe,[4] muy versado en teología,[5] hombre por lo demás elocuente,[6] fue considerado digno del presbiterado de la comunidad local por la excelentísima legitimidad de su fe en Cristo.
[4] “Malquión habría emprendido contra él, con taquígrafos que iban registrando la evidencia, una investigación, que sabemos se ha conservado incluso hasta nuestros días, por lo que él solo entre todos fue capaz de sorprender in flagranti a aquel hombre a pesar de su disimulo y engaño”[7] Durante los debates que precedieron a la condena de Pablo y reaccionando contra él, los Padres de Antioquía, entre ellos Malquión, tomaron dos posiciones que más tarde serían fuente de dificultades: la primera se refiere a la palabra homoousios, aplicada a la Trinidad y la segunda, parece ser que Malquión y los Padres del concilio, queriendo mostrar que Cristo es realmente Dios, compararon su unión con la naturaleza humana de alma y cuerpo.
Malquión es celebrado como santo, el 28 de octubre.