Las magistraturas del trabajo fueron creadas el 13 de mayo de 1938[1] por un decreto del Ministerio de Organización y Acción Sindical, en la zona franquista.
Su creación ya se preveía en el Fuero del Trabajo, que había sido promulgado en marzo de ese mismo año.
[2] Este nuevo organismo, que suponía que los conflictos laborales quedasen exclusivamente en manos del Estado,[3] vino a sustituir a los antiguos jurados mixtos que habían existido durante la Segunda República.
[4][5] Los magistrados del trabajo constituían un cuerpo propio, al que podían acceder funcionarios procedentes de la carrera judicial o fiscal.
Continuaron existiendo hasta 1989, cuando fueron sustituidos por los Juzgados de lo Social.