Tras el fallecimiento de Sampere en 1824, continuó los estudios con el sucesor en el magisterio, José Rosés.
Tuvo que dejar el cargo cinco años después, en 1831, debido al escándalo generado por su matrimonio con una joven de la alta sociedad local y su falta de salud.
A pesar de ello tuvo una estancia fructífera, componiendo numerosas obras reconocidas por su originalidad.
[4] Fue discípulo suyo Francisco Oliver D'Aymauri en la escolanía.
[4] Dejó inspiradas composiciones, especialmente un salmo a dos coros con acompañamiento de órgano, una misa, un Te Deum y unas Lamentaciones.