Madres fantasma es un término que se usa para referirse al método que utilizaban los fotógrafos en los inicios de la fotografía para evitar el movimiento de los bebés y los niños pequeños en los retratos.
Muchos fotógrafos notaron que cuando se trataba de hacer retratos a bebés o a niños pequeños, estos se movían mucho ya que no sabían estarse quietos delante de la cámara durante tanto tiempo y consecuentemente, las fotografías quedaban borrosas.
En otros casos, la madre escondida detrás de una silla sujetaba a su pequeño con las manos, mientras que en otros casos el niño estaba sentado encima de una figura que no se podía distinguir o simplemente quedaba encubierto el rostro del progenitor para que no se develara su identidad y toda la atención fuera para su hijo.
Una vez tenían el retrato hecho, colocaban una lámina de cartón o plantilla ovalada sobre la fotografía para tapar la madre escondida detrás el fondo.
Otros, encontraban la situación hasta cómica teniendo en cuenta que no era intencionada.