Madona de Michle

La talla se atribuye a un escultor anónimo denominado el Maestro de la Madona de Michle, quien probablemente estuvo activo en Brno o Praga durante el segundo tercio del siglo xiv.

La Madona de Michle constituye uno de los ejemplos más destacados del estilo lineal, cuya datación se remonta al segundo cuarto del siglo xiv, estando su origen situado en la República Checa.

El estilo de la talla de la Virgen se caracteriza por unos ropajes que se ajustan al torso cilíndrico, trazando pliegues caídos con un carácter decorativo y finamente dibujado, al igual que el velo y el cabello.

Por su parte, el Niño Jesús reposa sobre el brazo derecho de la Virgen, hacia donde convergen los pliegues verticales y horizontales, enfatizando la unión entre madre e hijo.

Las últimas obras adscritas a este taller muestran el abandono del formalismo lineal en favor de un nuevo estilo específico encaminado a lograr un mayor naturalismo.