Como respuesta, el gobierno liberal favorable al libre comercio del Reino Unido introdujo la Ley de Marcas de Mercancías para permitir que los consumidores pudiesen elegir si deseaban o no continuar comprando productos de economías proteccionistas.
Alemania aprovechó con éxito la etiqueta Made in Germany como sinónimo de fiabilidad y calidad del producto.
[3][4][5][6][7] Made in Germany no está controlado por un organismo regulador central.
En 1973, el Tribunal Federal de Justicia de Alemania dictó una resolución en el sentido de que el Made in Germany no permitía a la gente distinguir adecuadamente entre las dos Alemanias de la época, por lo que Made in West Germany y Made in GDR se hicieron populares.
En 1995, el Tribunal Superior de Justicia de Stuttgart dictaminó que el término Made in Germany era engañoso según la Ley de Comercio Justo de Alemania, cuando la mayor parte no son materias primas alemanas o artesanía alemana.