Están organizados en tres planos:[1] Son todos, a excepción del músculo grácil, monoarticulares, es decir, atraviesan una única articulación, concretamente la de la cadera, y por lo tanto solo intervienen en ella.
[1] El músculo grácil atraviesa las articulaciones de la cadera y la rodilla.
Su función principal es llevar la pierna hacia la línea media del cuerpo, es decir, aproximarla.
También influyen en la velocidad y cambios de ritmo y dirección, motivo por el cual es frecuente la inflamación de este grupo muscular en deportes como el fútbol.
Están irrigados por la arteria femoral profunda y sus ramas.