Fue sustituido por James Densmore, quien proporcionó apoyo financiero y fue la fuerza que impulsó el continuo desarrollo de la máquina.
Tras varios intentos fallidos para fabricar el dispositivo, E. Remington and Sons adquirió la máquina a principios de 1873.
Al principio, la máquina de escribir tuvo una acogida poco entusiasta por parte del público.
Además, los destinatarios de mensajes escritos a máquina consideraban que la escritura mecánica y toda en mayúsculas era impersonal e incluso insultante.
[4] Glidden le mostró el artículo a Sholes, quien—según escribe George Iles en su libro Leading American Inventors—pensó que la máquina era complicated and liable to get out of order.
[14][15] Densmore vio la máquina por primera vez en marzo de 1868 y no quedó impresionado.
Consideró que era difícil de manejar y poco práctica y—según escribe Iles—se refirió a ella de la siguiente manera: [it was] good for nothing except to show that its underlying principles were sound.
[26] Para abastecer los pedidos y pagar las deudas, Densmore empezó a fabricar la máquina en el verano de 1871.
[28] Durante este tiempo, se revisó la máquina para mejorar su durabilidad y se rediseñó la platina después de recibir los comentarios de la Western Union, que deseaba poder imprimir en un rollo continuo y opinaba que sujetar el papel a la platina era poco práctico.
Sin embargo, el nuevo diseño infringía una patente concedida a Charles A. Washburn en noviembre de 1870.
[29] A cambio de financiar las empresas, Densmore había ido adquiriendo una participación cada vez mayor.
[6] Aunque el acuerdo exigía que Densmore le entregara 10 000 dólares de EE. UU.
[42] Como las empresas tardaron en adoptar la máquina, los clientes objetivo eran autores, clérigos, abogados y editores de periódicos.
Mark Twain fue uno de los primeros en adquirir la máquina, a la que se refirió—según reportan varios autores y biógrafos—como this curiosity breeding little joker.
& T. Fairbanks & Company, una compañía fabricante de balanzas, ya que hasta entonces las ventas habían sido poco exitosas.
De este modo, se solucionó un inconveniente considerable que había presentado el modelo anterior.
[o] Además, negoció un acuerdo con la empresa de mercadeo Wyckoff, Seamans & Benedict para adquirir todas las máquinas producidas.
Según escribe el autor e historiador James W. Cortada en su libro Before the Computer: IBM, NCR, Burroughs, and Remington Rand and the Industry they Created, 1865–1956, al referirse a la década transcurrida desde la introducción de la máquina Sholes y Glidden: Thus, in less than ten years, there was a thriving typewriter industry in the United States.
[51] Sin embargo, al desarrollar el primer modelo, Sholes y Soulé no habían investigado acerca de las máquinas de imprimir creadas por otros inventores y, por consiguiente, desarrollaron varios diseños deficientes que podrían haberse evitado.
Esta disposición circular ya se había utilizado hacía más de 30 años (en 1833) en una máquina diseñada por Xavier Progin.
Arriba del papel y centrado en el dispositivo, un brazo sujetaba una cinta entintada que cruzaba sobre una pequeña placa metálica.
Al pulsar una tecla, una barra de tipos se elevaba desde abajo del papel y lo presionaba hacia arriba contra la cinta para así imprimir un carácter entintado.
A diferencia de las máquinas de escribir modernas, la máquina rediseñada introducía las letras alrededor del cilindro, con una rotación axial que proporcionaba el espaciado entre letras y un desplazamiento horizontal que proporcionaba el espaciado interlineal.
El papel se sujetaba directamente al cilindro, lo que limitaba su longitud y anchura a las dimensiones del aparato.
[32] Según Iles, la platina cilíndrica se convirtió en an indispensable part of every standard [typewriter].
El primer modelo construido por Sholes utilizaba un teclado tipo piano con dos filas de caracteres ordenados alfabéticamente de la siguiente manera:[19] Posteriormente, Schwalbach reemplazó las teclas tipo piano por «botones» y los dsipuso en cuatro filas.
Empero, para poder comprender estas escrituras se requería una formación especial o una gran concentración.
[70] Según la autora Julie Wosk, las representaciones hechas por estas operarias sugerían que el aparato era easy enough for a woman [t] y adecuado para su uso doméstico.
[76] Ya que las posiciones de mecanografía y taquigrafía podían percibir salarios hasta diez veces más altos que puestos en las fábricas, las mujeres empezaron a sentirse más atraídas por el trabajo de oficina.