Puede causar enfermedad en humanos muy similar a la rabia, aunque únicamente se han descrito tres casos, todos ellos en Australia, pero con resultado mortal.
La enfermedad en humanos tiene lugar cuando una persona es mordida o arañada por un murciélago infectado.
Teóricamente es posible que el virus penetre a través de una pequeña lesión en la piel ya existente, o bien por contacto con la mucosa de la boca o la nariz, si bien esta circunstancia sería excepcional.
Únicamente personal experimentado y con la protección adecuada debe manipular murciélagos.
Cualquier arañazo o mordedura debe notificarse al médico para realizar, si es necesario, profilaxis postexposición.