Luz azul

[1]​ La exposición retiniana a la luz azul, provoca respuestas no visuales en los seres humanos, incluida la modulación del estado de alerta y la cognición.Los sujetos de prueba expuestos a la luz azul pudieron mantenerse alertas durante la noche cuando las personas se sienten más adormecidas.[3]​ En 2003, el neurocientífico Steven Lockley y colegas publicaron en 2003 lo que ocurría cuando se exponía a un grupo de sujetos a luz azul durante seis y media horas, comparándolo con otros que pasaban el mismo tiempo en un entorno con luz verde, y resultó que la luz azul suprimía la síntesis de melatonina (N-acetil-5-metoxitriptamina), hormona cuyas concentraciones varían de acuerdo al ciclo diurno/nocturno.La sensibilidad a la luz azul está relacionada con un fotopigmento de nombre melanopsina que es especialmente sensible a esta longitud de onda (460-485 nm) y que se encuentra en células ganglionares fotosensibles de la retina, que están involucradas en la regulación del ritmo circadiano y los reflejos pupilares y otras respuestas no visuales a la luz.Así mismo observaron que cuando una persona es expuesta a la luz azul mientras realizaba tareas de memorización, había una mejora en la respuesta en áreas de la corteza frontal y parietal del cerebro, según se demostró usando electroencefalogramas.