Juan José Narvaiza Ibarbia

Narvaiza se crio en el caserío de su familia dedicado a las labores propias del mismo (criar ganado, recolectar hierba, cortar leña, etc.) Poseía unas características físicas que le hacían especialmente apto para el deporte de corte de troncos (denominado en Euskal Herria aizkolaritza) ya que tenía una gran estatura (1,90 m), una gran envergadura y una gran fortaleza.

Esa situación fue hábilmente aprovechada por Luxia y su promotor para lanzar la carrera del aizcolari de Azcoitia.

Parece ser que esos segundos preciosos perdidos dieron la suficiente ventaja a Luxia para acabar primero.

Garciarena abandonó la prueba sin acabar de cortar el último tronco, pero algunos espectadores probaron a cortarlo y verificaron que apenas le faltaban una decena o docena de golpes para acabar el trabajo, apenas 10 segundos.

Sin embargo este segundo desafío no tuvo ni de largo la igualdad del anterior.

Luxia aventajaba ya en casi seis minutos a mitad de la realización del trabajo.

Una nueva figura del hacha surge por aquel entonces en Navarra, Ramón Latasa, que venía compitiendo federado desde 1954.

En los troncos más pequeños los aizkolaris podían utilizar un enseñador; no así en los de 110 pulgadas.

[3]​ Esta vez "Luxia" fue superado por su rival en un desafío que se mantuvo bastante igualado hasta 3/4 de la prueba, cuando el navarro se destacó claramente precisamente en el corte del tronco de 110 pulgadas, teóricamente más favorable al guipuzcoano.

Luxia en 1949.