Se llama lustro o quinquenio (del latín lustrum) a un periodo de cinco años.
Etimológicamente proviene del latín lustrum, que quiere decir limpio, puro.
Lustrum era un sacrificio expiatorio que se hacía cada cinco años.
Quienes no lo hicieran perdían sus derechos de ciudadanos, hasta la próxima lustración.
Era un castigo muy importante, puesto que se perdía incluso el derecho a montar pleito.