Luis Rayo

Muy alto para su categoría, pues medía 1,75 metros, fue uno de los grandes boxeadores que ha dado España.

En sus comienzos como amateur, trabajaba para la casa de neumáticos Dunlop, tarea que dejó cuando se hizo profesional.

Tras el fatídico fallecimiento de su padre en Buenos Aires, donde resultó atropellado, volvió a su España natal.

La estancia del Luis Rayo en Hoyo de Manzanares fue su postrer residencia en este mundo.

Esto le provocó una herida interna por la rotura de una costilla que resultó fatal.

Fue por decisión de su viuda, la actriz Pilar Garrido, que se le enterró en el cementerio hoyense.