El 7 de marzo de 1925 fue ordenado sacerdote, luego viajó a Roma y después a Jerusalén, ciudades en las que realizó estudios bíblicos hasta alcanzar títulos en Sagrada Escritura.
De regreso a Colombia se desempeñó en varios cargos en su comunidad.
Por lo cual, monseñor Andrade, una vez establecido en la sede, debió organizar toda la administración diocesana, y para ello dictó varios decretos, especialmente enfocados en mejorar las rentas.
En 1952 el obispo Andrade Valderrama se retiró del gobierno de la diócesis, pues sus actitudes en relación con la política de Colombia en ese momento no fueron bien interpretadas, lo que le generó un ambiente tenso entre el clero, que estuvo dividido, y entre los feligreses de la diócesis.
Como dato curioso se registra que ese mismo día fue consagrado otro obispo franciscano, monseñor Darío Molina, con asistencia en pleno de la Conferencia Episcopal.