Luigi Cagnola

[1]​ En principio estaba encaminado a una carrera relacionada con el Derecho, pero su pasión por la arquitectura fue demasiado fuerte y terminó compitiendo por la construcción de la Porta Orientale, en Milán.[1]​ Sus diseños fueron elogiados, pero no fueron seleccionados a causa de los gastos que habrían supuesto.[1]​ En aquellos años Cagnola se dedicó ya en exclusiva a la arquitectura.[1]​ El resultado fue el Arco della Pace en Milán, superado en dimensiones a principios del siglo XX solo por el Arco del Triunfo de París.[1]​ Entre otros trabajos ejecutados por Cagnola se encuentran la Porta de Marengo en Milán, el campanario en Urgnano y la capilla de Santa Marcellina en Milán.