Luisa Julia de Mailly-Nesle

En la corte, Louise se enamoró del rey y pacientemente buscó llamar su atención.

Diseñaba sus propios vestidos sugerentes para sus encuentros con el rey y con frecuencia llevaba su cabello negro recogido con diamantes, sin embargo, carecía de elegancia natural.

El adulterio contaba con la aprobación del cardenal Fleury, porque Mailly no estaba interesada en política.

En 1737, tras su último parto, a la soberana le dijeron los médicos que otro parto podría suponer la muerte, así que la relación del matrimonio terminó y este terminó toda relación conyugal con ella apartándola de su vida.

Poco después, en ese mismo 1738, recibió una carta de su hermana menor, Pauline Felicité, en la que le pedía ser invitada a la corte.

Madame de Vintimille quedó pronto embarazada del rey, y murió al dar a luz un hijo ilegítimo en 1741.

Ella ya tenía un amante, el joven duque de Agénois (después duque de Aigillon), y no estaba dispuesta a renunciar al él, ni siquiera a favor del rey.

Luis estaba desesperado, pero Richelieu, que era un hombre de recursos, no aceptó una ligera derrota.

Envió a su sobrino al Languedoc, donde una hermosa joven había sido instruida para seducirlo.

Richelieu le animó a cumplir los requisitos mostrándole a Marie Anne como una amante real de la que estar orgulloso: delgada y de rostro ovalado como Louise, Marie Anne era sin embargo rubia, pálida, de ojos azules y elegante, con un carácter altanero y ambicioso como Pauline Felicité, cualidades todas ellas más apreciadas entre los cortesanos.

El cardenal Fleury, el todopoderoso primer ministro, trató de intervenir porque prefería a Madame de Mailly antes que a su hermana más ambiciosa y que seguro interferiría en la administración.

Richelieu la visitó para aconsejarle que se fuera, por respeto a su propia dignidad y como un deber para con su soberano.