Los Lophiiformes tienen enormes cabezas, anchas, chatas y deprimidas, con el resto del cuerpo como si fuera un apéndice.
En estas especies, los machos pueden ser varios órdenes de magnitud más pequeños que las hembras.
de otras familias que viven en aguas superficiales son los Lophiidae y los Ogcocephalidae.
Esas familias también tienen representantes de aguas profundas, que pertenecen a la superfamilia Ceratioidea.
Los Lophiiformes fueron unidos con los Batrachoidiformes para formar el orden de los pediculados (Pediculati) por Regan en 1912 pero se retractó en 1926.
Todos los Lophiiformes son carnívoros y, por tanto, están adaptados a la captura de presas.
Su longitud puede variar de 2-18 cm (1-7 plg), con algunos tipos que llegan a ser tan grandes como 100 cm (39 plg),[6] pero esta variación se debe en gran parte al dimorfismo sexual, siendo las hembras mucho más grandes que los machos.
[10] Específicamente considerando Cryptopsaras couesii, este pez ceratioide de aguas profundas tiene una biomecánica rotacional única en su musculatura.
Los robustos músculos retractor y protractor se mueven en un patrón sinuoso en direcciones opuestas a lo largo de la longitud del pterigióforo, que existe en una cresta longitudinal profunda a lo largo del cráneo.
Poseen una especie de señuelo para atraer a sus presas, compuesto por un apéndice sobre la cabeza (en general el primer radio espinoso de la primera aleta dorsal modificado, pero pueden ser los 3 primeros) con un ensanchamiento en su extremo libre (el esca ?
De este modo el esca puede atraer a otros peces lo suficientemente cerca para ser engullidos en un rápido movimiento.
Muchos viven principalmente en el océano abisal, zona afótica, donde el agua es tan profunda que nada de luz solar penetra para la fotosíntesis, por lo que estos predadores poseen señuelos bioluminiscentes (vía simbiosis bacteriales).
En una adaptación vinculante, los Lophiiformes son grisáceos, pardos oscuros o negros, invisibilizándose y haciendo aparecer sólo el adminísculo luminiscente.
Los huesos pectorales y ventrales están articulados para funcionar a modo de pies, moviéndose o aún caminando, por el fondo arenoso y/o con pastos.
Cuando avanzaba, nadaba intermitentemente a una velocidad de 0,24 longitudes corporales por segundo, batiendo sus aletas pectorales en fase.
Se observaron peces flotando invertidos completamente inmóviles con el ilicio colgando rígidamente en un ligero arco delante del pez.
Cuando el ROV se acercó a los peces, éstos mostraron una natación explosiva, todavía invertida.
Debido a la cantidad limitada de alimentos disponibles en el entorno del rape, esta adaptación le permite almacenar comida cuando hay abundancia.
Cuando un macho de esas especies sale del huevo, ya está equipado con un olfato extremadamente desarrollado para detectar aromas en el agua.
Los órganos sensibles olfatorios le ayudan a detectar las feromonas que señalan la proximidad de una hembra.