En manos de él el negocio no prosperó, por lo que después su madre decidió instalar un comedor en su propia casa, donde se recibía exclusivamente a los profesores ingleses que dictaban clases en el colegio al que Lona Warren concurría desde los 3 años de edad, y también al personal superior de los ferrocarriles integrado también por irlandeses.
Luego de trabajar con Santa Paula Serenaders, Warren actúa con Joe Ríspoli en Cuatro Reyes y una Reina, donde estuvo unas pocas semanas.
Fue en 1943 cuando Lona Warren adoptó ese seudónimo como su nombre artístico, a pedido de Raúl Sánchez Reynoso.
Esto coincide con el momento de grabación de la pieza “Sinfonía” que la Héctor y su jazz realiza para el sello RCA Víctor, única oportunidad en la que participó en un disco con esta orquesta.
Con ellos logró estabilidad y continuidad laboral, al mismo tiempo que el acceso a las grabaciones.
Ese mismo año, acompañada por el pianista Adolfo Ortiz, realizó actuaciones en la confitería Bohemian en Galería Pacífico.
Escribía también en la revista Jazz Magazine, en un espacio llamado “Son cosas de...Lona Warren”.
Muchas de ellas con letra y música propias y otras en coautoría con artistas como Ray Nolan, José Finkel, Juan Carlos Bera, Inés M. Fernández, Largo Novarro, Chico Novarro, Mito García, Ahmet Ratip, Mario Luis Giménez, Tito Adam, entre otros.