El crimen puede ubicarse en la primera mitad del siglo XX cubano, si bien el nombre de Lola era común y se hace difícil ubicar geográficamente el origen de la leyenda.
A esta dificultad se suma, lamentablemente, en aquella época, una diversidad de anécdotas similares de crímenes pasionales lo que hace aún más difícil establecer sus orígenes o protagonistas.
El suceso puede haber extendido su fama cuando el presidente Ramón Grau San Martín, durante uno de sus discursos, consultó su reloj y exclamó "¡Coño, son las tres de la tarde, la hora en que mataron a Lola!
En Cuba, las tres de la tarde se define mediante la expresión: “la hora en que mataron a Lola”.
Estar “mejor que Lola”, refiere por su parte un estado de disfrute máximo.