Sin embargo la temporada no fue exitosa y el acuerdo con las Águilas se echó para atrás.
En la 80/81 se tuvo que pedir apoyo del Puebla para que esa institución ayudara en las finanzas y con jugadores jóvenes, aun así la temporada tampoco fue exitosa y luego de la 81/82 el equipo acabó último de la tabla general y descendió, además los dueños no pudieron más con los gastos y traspasaron al equipo al IMSS, que se hizo cargo de él en la recién creada Segunda B.
Con la nueva administración llegaron nuevas instalaciones en el Centro Vacacional la Trinidad y más talento joven, que contaba con experiencia de varios equipos como Oaxtepec y Atlante, que también eran administrados por el Seguro Social.
Esa temporada el Tlahuicole presentó una media de 3,000 personas por partido y hasta lució a tope en ciertos encuentros.
El torneo de los Guerreros transcurrió con muchos empates, su primera victoria llegó hasta la fecha trece, como locales, frente a Tigrillos y culminaron su torneo benjamín al fondo del Grupo Uno, pero evitaron el sótano general que le correspondió a Riviera Maya y Jaguares de Tapachula.
Aquella temporada su mejor anotador sería el mismo Christian Ariel Morales, ex de Rosario Central.
La Federación nunca hizo más por dar a conocer los datos del dueño, en una entrevista para Señor Fútbol, un periodista dio a conocer que se trataba de un empresario de Guadalajara, que siempre se veía con varios escoltas personales y viajaban en camionetas negras de vidrios polarizados, que no se sabía su nombre, era bajo de estatura, usaba gafas obscuras y era conocido por la gente del club como El Señor.