Limen, o Limentinus, es una divinidad que protege los hogares.
Él, en especial, se encargaba de los marcos de las puertas y las ventanas.
Invocándolo, se prevenían visitas inesperadas.
[1] Junto con Cardea y Fórculo, defendían a los niños del ataque de los espíritus malignos, conocidos como Estriges.
Estos seres tenían el aspecto de ave, y por las noches se introducían en los hogares para chupar la sangre de los niños.