[2] El libro también trata las objeciones a la reencarnación: La escasez de personas que realmente dicen recordar una vida pasada, la fragilidad de los recuerdos, la explosión demográfica, el problema mente-cuerpo, fraude, y otras.
[5] Tucker analiza esto refiriéndose a varios estudios relevantes realizados, y argumenta que no hay respaldo para concluir que los informantes recuerden declaraciones o eventos de forma incorrecta.
[5] Tucker está básicamente de acuerdo con Ian Stevenson, que afirma que "la reencarnación es la mejor explicación, —aunque no la única—, para los casos más contundentes investigados".
[6] Tucker reconoce que para algunos lectores puede parecer una "afirmación increíble" el que "los recuerdos, las emociones y las lesiones físicas puedan a veces llevarse de una vida a la siguiente".
[6] Se han escrito críticas del libro en varias publicaciones, incluyendo el Journal of Parapsychology,[7] Journal of Scientific Exploration,[8] Philosophical Practice,[9] y PsycCRITIQUES.